En un estudio reciente, la ADEME (Agencia Francesa para la Transición Ecológica) destacó el impacto positivo del teletrabajo en el medio ambiente. Si la reducción de los desplazamientos entre el lugar de trabajo y el domicilio reduce en gran medida la huella ecológica de nuestras actividades, la Agencia para la Transición Ecológica pide estar atentos al efecto rebote.
✔️ ¿Cuáles son los efectos positivos del teletrabajo para el medio ambiente?
Menos desplazamientos
Desde el punto de vista medioambiental, el principal efecto del teletrabajo es la reducción o incluso la eliminación de los desplazamientos por carretera entre el hogar y el trabajo. De hecho, según el estudio de la ADEME, en 2020 habrá:
- Una reducción del 65% en los desplazamientos entre el domicilio y el trabajo;
- Una reducción del 35% en las distancias recorridas.
Así, la ADEME estima que el beneficio medioambiental de reducir el número de desplazamientos entre el domicilio y el trabajo es de 271 kilogramos de carbono equivalente (kg eqCO2) al año. La agencia también especifica que una generalización del teletrabajo podría evitar más de 3 millones de desplazamientos semanales, así como una reducción anual de 3.300 toneladas de CO2.
«El teletrabajo ofrece, pues, un considerable potencial de reducción de la movilidad con efectos favorables sobre la congestión y las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes», explica la ADEME en su estudio.
También se reduce el tráfico rodado y los atascos en las horas punta.
Ahorro de energía para las empresas
Con la disminución del número de empleados presenciales, muchas empresas han notado un descenso de los gastos energéticos, especialmente durante el periodo invernal. Varios factores son responsables de este descenso:
- El uso de la calefacción disminuye;
- Los ordenadores y otros equipos se utilizan con menos frecuencia;
- La cantidad de espacio de oficina que hay que iluminar es menor, etc.
- Las empresas también han visto cómo se extiende la «oficina flexible«. Esta práctica consiste en no asignar un puesto de trabajo fijo a los empleados de la empresa y permite así no dispersar demasiado a los empleados.
Así, si combinamos la «oficina flexible» y el teletrabajo, conseguimos una importante reducción de la huella de carbono de la empresa. Esto corresponde a una reducción de las emisiones de CO2 de 234 kg eqCO2/año por cada día adicional de teletrabajo y un aumento del 52% en el balance medioambiental.
La reducción de la cantidad de inmuebles utilizados por las empresas es también una de las consecuencias del teletrabajo.
❌ ¿Cuáles son los efectos negativos del teletrabajo en el medio ambiente?
A pesar de los efectos positivos sobre el medio ambiente, que no son despreciables, el teletrabajo también provoca efectos de rebote que tienen un impacto ecológico negativo. Según Ademe, son tres:
- Viajes alternativos ;
- Aumento del consumo de energía en las viviendas;
- Contaminación digital.
Más viajes adicionales
Aunque, según la Ademe, el número de desplazamientos entre el domicilio y el trabajo ha disminuido considerablemente, se ha producido un aumento de los desplazamientos alternativos durante el día.
De hecho, según un estudio realizado en Francia y el Reino Unido, el vehículo se utiliza más para viajes relacionados con otras actividades. Por ejemplo, con las escuelas todavía abiertas, muchos padres siguen haciendo el viaje de ida y vuelta cada mañana y cada tarde. Además, el vehículo también se utiliza para actividades de ocio.
Por lo tanto, el impacto positivo del teletrabajo en la reducción de los viajes por carretera se ve reducido en gran medida por estos viajes que, de otro modo, habrían sido imposibles.
Este efecto de rebote conduce a un aumento de las emisiones de CO2 de 67,7 kg eqCO2/año, por un día de teletrabajo a la semana.
Aumento del consumo interno
Al pasar más horas en el hogar, el consumo de energía doméstica aumenta considerablemente. Según varios estudios europeos, el consumo energético diario del hogar aumenta un 10% cuando se teletrabaja.
Cuando se teletrabaja, las principales partidas de gasto energético son:
- Calefacción
- Ordenador
- Aparatos de cocina, etc.
Sin embargo, es posible aplicar soluciones dentro del hogar para reducir el consumo de electricidad y gas doméstico. La Ademe recomienda adoptar acciones eco-responsables que le permitan controlar mejor su consumo. Estos gestos ecológicos forman parte de la vida cotidiana, como :
- Reducir la temperatura de la calefacción ;
- Apagar los electrodomésticos en lugar de dejarlos en espera;
- Apagar las luces de las habitaciones vacías;
- Utilización de dispositivos para controlar el consumo;
- Invertir en electrodomésticos de bajo consumo, etc.
Mucha contaminación digital
El principal impacto negativo del teletrabajo en el medio ambiente es la contaminación digital generada por nuestras actividades. Muchos en el sector de las telecomunicaciones observan un fuerte aumento del uso de datos desde que se pusieron en marcha las primeras medidas de contención en marzo de 2020:
- +30% para el uso de internet fijo ;
- +30% para el uso de datos móviles;
- +20% para el streaming.
Así, se espera que la cuota de emisiones de gases de efecto invernadero del sector digital (4%) aumente considerablemente si se generaliza el teletrabajo. Una de las actividades que más energía consumen es la videoconferencia. Muy popular en una situación de teletrabajo, es sin embargo responsable de la emisión de 2,6 kg de CO2 al año. Esto se debe al consumo de energía de los servidores informáticos utilizados para hacer posible la videoconferencia.
El teletrabajo también ha provocado un auge en la compra de ordenadores y otros equipos para poder trabajar en buenas condiciones. El inconveniente es la cantidad de residuos electrónicos generados, que se estima en más de 50 millones de toneladas al año.
¿Sabías qué?
De los 50 millones de toneladas de residuos electrónicos que se producen al año, sólo se recicla el 17%.
Si los beneficios del teletrabajo son innegables, la Ademe quiere advertir de los efectos rebote de esta práctica. La agencia sostiene que el teletrabajo es necesario para la transición energética, pero pide que sigamos esforzándonos por reducir nuestra huella de carbono. Para saber más sobre el estudio realizado por Ademe, siga este enlace.
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