¿Cómo se puede bajar el precio de la luz?

Una factura de luz escandalosa

El precio de la electricidad en el Operador del Mercado Ibérico Español (OMIE), organización que gestiona el mercado eléctrico para España y Portugal marca en el momento en que se escriben estas líneas 198 euros el megavatio hora (MWh). El megavatio/hora se trata de una cantidad de energía que puede suministrar electricidad a una media de más 300 casas en una hora. La traducción en kilovatios viene a ser de 19 céntimos por cada kWh. Esto es todo un récord en la historia.

La situación en Europa es todavía peor. Países como Francia, Inglaterra o Alemania sobrepasan los 220 euros el MWh o incluso los 300 euros el MWh. Esto sucede porque el precio del gas natural se ha disparado y aunque la guerra de Ucrania ha influido en ello, la realidad es que los consumidores llevan casi un año viendo como los precios se inflan por el alz del combustible fósil. Los economistas que aparecen por televisión explican que el aumento de la demanda tras la pandemia, especialmene en China y la de los países exportadores.

También se habla del aumento de la cotización del bono CO2, que pagan las empresas gasísticas por poder contaminar. No obstante, el doctor en Física y científico del CSIC, Antonio Turiel, afirma que países como Rusia o Algeria están llegando a su pico de producción y las reservas de gas empiezan a agotarse.

¿Sabias que.... ?

Varios estudios ponen fecha de caducidad a las reservas de petróleo. Algunos hablan de precios insostenibles para la década de 2030, otros afirman que las estimaciones actuales enmarcan en 2048 por el año del crack, mientras que los más optimistas conceden todavía un plazo más amplio, 2060. En cualquier caso todos coinciden en que no habrá petróleo ni gas para todos en el siglo XXII. 

El problema de la fijación de precios

Tal  y como explican desde las asociaciones de consumidores tipo Facua, el gas natural solo aporta un porcentaje pequeño en el mix energético de la subasta del mercado mayorista. Entonces, ¿por qué están influyente? Según el sistema del mercado mayorista de electricidad, la última energía en casar la demanda y la oferta es la que pone el precio a todas las demás, por lo que aunque solo haya un 1% de gas natural en la subasta, esta pone el precio a todas las demás.

Lo explicaremos del siguiente modo. Imaginemos que vamos a un restaurante y pedimos una sopa de caldo de pollo, una ensalada verde y una velouté de alcachofas, jamón ibérico y trufa, pagaremos la sopa y la ensalada al precio de la velouté. Vaya estafa de restaurante, pensaríamos, ¿no? Pues eso es lo que piensan algunos del mercado marginalista para la fijación del precio de la luz.

De hecho, el pasado 10 abril entre las 12 del mediodía y las 6 de la tarde el coste de la luz en España bajó a un euro el MWh gracias a que toda la demanda se cubrió con energías renovables. No obstante, cuando se ha terminado de cubrir con energía hidráulica, esta se ha vendido a 200 euros el MWh aprovechando el coste de oportunidad. Energía creada con el agua de todas y todos.

El oligopolio eléctrico

Si el mercado eléctrico es un mercado donde diferentes energías compiten para vender la suya, ¿cómo puede ser que la energía hidráulica se arriesgue a no vender su energía al ponerla a un alto tan precio? Porque conoce el precio del resto de energías. Más del 60% de toda la energía que se produce está generada por solo tres grandes empresas, Iberdrola, Endesa y Naturgy. Tienen el mercado bien cogido por el mango y nosotros somos el huevo frito.

¿Cómo solucionar el problema del precio de la luz?

Hablar de los problemas es fácil, aunque es cierto que hay que saber hacer ubn buen diagnóstico, pero ¿qué pasa con las soluciones? Desde algunas formaciones políticas se pide bajar los impuestos para atajar el problema, pero en realidad eso no baja el precio de la luz, sino la recaudación del Estado que puede usarse para Sanidad Pública, Educación o pensiones. Entonces, ¿qué dicen los demás?

Desde el grupo de Unidas Podemos se argumenta que la factura de la luz se tiene que bajar quitando los beneficios “inmerecidos y millonarios” caídos del cielo de las eléctricas. Estos beneficios son la divergencia entre el coste de producción y los ingresos extra que tienen las centrales que cobran su energía al precio del gas natural. Por ejemplo, el coste de producir un megavatio de energía en una central hidráulica es de entre 3 y 30 euros, y en la actualidad están percibiendo 200 euros el MWh.

Desde las asociaciones ecologistas piden que se haga una mayor inversión en energías renovables, ya que se ha demostrado que son mucho más baratas que los combustibles fósiles. Fuentes de Ecologistas en Acción afirman que la energía solar tiene mucho potencial, especialmente en países como España.

Los beneficios de la energía solar

España fue líder mundial en potencia fotovoltaica instalada en los inicios del siglo XXI. Políticas como el impuesto al sol causaron que países como China tomaran el liderazgo en este campo. No obtante, desde 2019 con la nueva regulación que suprimía el impuesto al sol,  España vuelve a emprender su marcha, facilitando a los autoconsumidores y empresas obtener rentabilidad de sus plantas de energía solar fotovoltaica.

¿Cuál es el futuro de la energía?

Por el momento el Gobierno de España y Portugal trabajan conjuntamente para establecer un precio máximo al gas natural y un tope para las ofertas en la subasta de la energía nuclear y la energía hidroeléctrica. Las medidas más palpables han sido la reducción del impuesto sobre el valor añadido, que pasa del 21% al 10% y la supresión del impuesto especial sobre la electricidad.

Por su parte, Antonio Turiel, afirma que es necesario implementar un decrecimiento económico, ya que las fuentes de energía renovable no podrán cubrir toda la demanda energética si no se reduce nuestro nivel de consumo. Por otro lado, este decrecimiento será algo inevitable debido al futuro colapso de la producción de energías procedentes de ls combustibles fósiles, por lo que dado que hablamos de una situación inevitable, podemos optar por un decrecimiento controlado, o por un colapso caótico en el que las personas más vulnerables de la sociedad acabarán sufriendo las consecuencias.